Una Iglesia que avance hacia una mayor profundidad en su compromiso, con una participación más activa y colaborativa en la creación de una sociedad que promueva la justicia, la inclusión, la paz y el respeto por el entorno. Una Iglesia que actúe con mayor coherencia y capacidad de respuesta ante los desafíos actuales, trabajando de manera conjunta para construir un futuro más equitativo y sostenible.
LIDE quiere tomar en serio las palabras de Francisco que dicen que la sinodalidad es la forma esencial de ser y hacer de la Iglesia del tercer milenio, aunque ya era esencial desde sus comienzos. LiDE está al servicio de la visión del cambio al que Francisco nos invitó, expresado en dos movimientos, el circular y el hacia fuera:
a) el circular dentro de la Iglesia, que permite avanzar hacia una realidad menos clerical, donde se distribuya la toma de decisiones y el poder, empezando por la escucha de todas las voces. Una Iglesia de Iglesias particulares, más Pueblo de hijas e hijos de Dios para todos, todos, todos, donde todos seamos acogidos;
b) el hacia fuera, que impulsa una Iglesia en salida que desactiva el clericalismo ensanchando la tienda en las periferias de los que están más excluidos y heridos, con dolores por las violencias e injusticias del mundo.
Por eso, LiDE está al servicio de la reconciliación “dentro y fuera” – de la restauración de la comunión eclesial dentro y para ensancharla fuera, en el mundo. La comunión reconciliada y reconciliadora es base de la sinodalidad – leitmotiv de esta introducción.